Sonreir...


Hay días como hoy en los que me levanto sonriendo.

Amanecí temprano,desayune sin las corridas habituales, salí a la calle abrigadita y un frió polar me trajo invierno a la cara...sonrisa.

El 168 arribo conmigo a la parada.
Seamos justos: tampoco subí y encontré asiento. Tuve que esperar unos 20 minutos, pero finalmente cuando me senté aun seguía sonriendo.

Llegue a la oficina con solo 15 minutos de retraso
Si, 9 horas de Trabajo por delante y un buen humor vacacional.

Comenzó el movimiento.
10:30 vi mucha gente en las oficinas de enfrente.
De pronto el aire se lleno de olor a chisme....alguien tenia un rumor muy grande y se estaba corriendo.
Preferí no preguntar.


11:15 Vanina llego a mi box con cara de duelo.

_Te enteraste? _ pregunto, sabiendo que yo no sabia.

                                                   _Vani! Hoy no. Es lunes, hace frío y curso hasta las 10 de la noche ...pero nada, nada de lo que digas me va a cambiar el humor. Mirame como estoy!_
 Dije mostrando la ultima sonrisa de mi día.

                                         
                                                                     _Renuncio Rodolfo _ Vanina hablaba entre triste y nerviosa.


Sentí la boca transformarse en signo de pregunta y mientras ella se acercaba e intentaba abrazarme, exhale un:
                                                                    _ que?


       ( La noticia acababa de partirme en dos)

                                               _si, lo volvieron loco todo el fin de semana. No aguanto mas y renuncio 


 Vani volvió a abrazarme. Esta vez no me zafe.
Pensé en Rodolfo y su cara de bueno.
Pensé en su mujer y los 3 chicos.
Pensé en que sonreír era algo absurdo y el humor en si perdió toda importancia.

Alguien la llamo por teléfono y Vanina tuvo que volver a su escritorio.

Quede sola frente al monitor.
Sola con la imagen de Rodo comiéndome la calma.





                                      El humor depende de tantas variables que, por combinación se transforma en azaroso.


Sonreír no responde a un estado anímico, sino a un momento perdido en el espacio-tiempo, durante el cual las malas nuevas aun no te han rozado.

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